jueves, 28 de agosto de 2008

VIVENCIAS DE VESTUARIO.


"Hoy empieza otro campeonato chicos. Se que los resultados no se están dando pero desde hoy la mala suerte no existe mas. hoy se gana muchachos” - dijo tomate antes de que la cuarta de Quiroga pierda 6 a 0 ante los muchachos de Agustín Álvarez-.

Y como esta miles de anécdotas quedaron en mi memoria, en mi pasado futbolístico deportista.

Las charlas de vestuario son una de las cosas que mas recuerdo del fútbol. No importa si el resultado era favorable para mi equipo o no, pero siempre, siempre, las charlas de vestuario jugaban un papel interesante en el desarrollo del día deportivo.

Cuando se entra a un vestuario la cosa cambia. El clima de alegoría del pre partido se cambia por otro mas serio, relajado y hasta motivador. “Se termino la joda” suele decir alguno de los integrantes del equipo para hacerle saber a sus compañeros que a partir de ese momento lo único importante es GANAR. Si señores, ganar. ¿O todavía creen en esa tontería de que lo importante es competir? Si lo creen, lamentablemente están equivocados.

Entre el cambio de zapatillas por botines, el pantalón largo por los “cortos”, y la suma de vendas medias y canilleras llega uno de los momentos mas tensos, la entrega de camisetas. Ahí se definirá quien serán los afortunados que jugaran desde el arranque teniendo una responsabilidad aun mayor que los que queden en el banco de suplentes.

Llega el momento de la entrada en calor. Titulares por un lado, suplentes por otro. Como un mero acto de discriminación, pero entendible para este deporte.

Terminado esto todos al vestuario. Llega el momento clave. Esta charla definirá como será el autoestima de los jugadores y dará aliento a los mismos para lograr el preciado objetivo.

Se dan las posiciones, cada jugador asiente el haber entendido su labor y se sacan sus dudas.

Bueno Juansito, ya sabes lo que tenes que hacer, le dijo Jorge, siempre mirando al frente, hablándole a los chicos del fondo y con fe en vos mismo, esta entendido. El jugador asiente y jorge agrega. Acordate que en la semana te rompiste el orto entrenando con frió, con calor con viento y con lo que se te ocurra, así que hoy da lo mejor de vos. Final de la charla con el arquero.

Nombrando uno a uno a los defensas y enumerándolos dice:_”los chicos del fondo ya aclaramos como tenemos que jugar. Ante todo, el orden. Eso no lo podemos perder por nada del mundo muchachos. Primero marcamos y si esta clara, esto para los puntas, pasamos al ataque, pero volviendo a full a dar una mano a la gente que nos hace los relevos. Después nada mas, ha si.. vos Flaco siempre un pasito atrás de los compañeros para tapar cualquier error de ellos. Esto no significa que nos mandemos al frente. ¿Esta entendido?. Fin de la charla con los defensas.

Ahora le toca el turno a los medió campistas. Fundamentales para que el equipo tenga el dominio del balon. Se los nombra y da una indicación muy corta pero precisa. Marco, juego, corro, ayudo, meto, meto mucho, voy y vuelvo. Nada mas. Simple. El numero 5, el 8 y el 10 asienten con la cabeza demostrando que tenían clara su función.

La charla esta por llegar a su fin y es el turno de Carlitos, un pibe bajito, rapido y muy bicho con la pelota en la gamba. A Carlitos solo le piden una cosa. Jugá. Jugá que vos sabes. Corriendo, metiendo y dando pases a los chicos de arriba libre por todo el frente de ataque. Mientras tanto el vestuario sigue en completo silencio. Carlitos responde con un “ok, ok” y sigue ajustando su botín izquierdo, en el que todos sus compañeros tienen puestas sus máximas esperanzas.

Llega el final, las ultimas palabras antes de el ritual mas conocido del fútbol.

Es el turno de las indicaciones para el 9 y el 7. dos chicos robustos que prometen llevar al equipo hasta lo mas alto. La indicación también es corta y precisa. “muchachos hoy los quiero moviéndose continuamente, de lado a lado volviéndome loco a los defensores, atrás son un queso gente, ya los vimos en los amistosos. Ataquen por el lado del 4 que es lento y que no la pelota es de madera, y vos Pitu que sos como el papa de los chicos que tenes mas experiencia metete por el medio para bajar los centros. Pelota que te quede la mandas a guardar. En el área mandas vos. Hacete sentir que sos un chico con mucha fuerza. Todos se levantan y llega el momento del ritual.

El flaco que tiene la banda en el brazo toma la pelota y la pone en medio del vestuario. Sus compañeros apoyan sus manos en ella también y se hace un silencio. El flaco dice en un tono de voz muy alto, casi gritando. “vamos viejo, nos rompimos el culo toda la semana para ganarle a esta manga de putos, vamos que los tres puntos son nuestros che, poniendo la patita bien fuerte y dejando todos los huevos en la cancha la puta madre, vamoosssssssssss” y en completa coordinación los jugadores y el cuerpo técnico cantan como una tribu indígena al grito de Hira hira hira...! y un vamossssssssssssssss.. ahí la formación se rompe y tras recibir una palmada en el pecho o un toque con la palma de la mano en la cabeza, los guerreros del balón salen uno a uno al campo de juego. Los suplentes tendrán que esperar.

Pitazo inicial y ya se juegaaaaaaa.

Transcurren 45 minutos y hay 3 posibilidades de continuación de charla del vestuario. La primera y la que todos siempre deseamos, es irnos ganando al entretiempo. Para así con tranquilidad tomar fuerzas, descansar piernas y seguir dándonos apoyo mutuo. No faltan frases como “si seguimos como estamos le metemos 3 mas” o “viste que te dije que se te iba a dar” o la mas famosa “y decían que estos tenían un equipazo, son horribles”. Y así muchas mas que dan lugar a risas y halagos entre los futbolistas. “no hay que confiarse tampoco” suele escucharse, o un “seguimos como si fuésemos 0 a 0”.

Mientas, en la cancha, los suplentes practican tiros al arco con el famoso “mete gol va a arco” haciendo burlas e intentando demostrar su habilidad técnica. El que toma el rol de arquero intentara siempre o casi siempre sacar una pelota de “codito” para humillar a su compañero y propinarle cargadas por un rato.

Si el resultado es un empate, la cosa en el vestuario cambia. Las frases de uso cotidiano son “ellos no son mas que nosotros”, “si entraba la tuya Raulito, mira si entraba” . “hay que marcar bien al 11 porque nos salvamos dos veces”, y demás.

La cara del técnico no será la misma, se notara un tinte de preocupación y pensando si hacer o no algún cambio. Ante un silencio de iglesia dirá “chicos tenemos que poner mas que este partido es nuestro, nada mas. No estamos jugando mal pero nos falta un poco, pongamos huevo que este partido es nuestro. Siempre firmes en las marcas y ayudando al compañero, sin mandar al frente y en el momento de definir los matamos”.

Los suplentes seguirán tranquilos con su rutina.

Si el resultado es adverso la cosa es mucho mas tensa. Nadie habla mucho, las caras largas denotando enojo son visibles y el auto reproche por alguna jugada esta siempre presente.

“somos horribles” dirá alguno, o “no podemos jugar ni con tierra, parecemos mujeres viejo”. La cara de nuestro técnico será totalmente de preocupación intentando explicarse que fue lo que paso. Somos un desastre podrá decir. No tenemos suerte también es otra opción. Tras la marca de errores y alguna que otra discusión el referee suena su silbato y otra vez a la cancha. Al grito de “vamos viejo que lo damos vuelta, el equipo entra de nuevo al campo de juego esperando que alguno se ilumine y poder revertir la situación. Transcurren los próximos 45 minutos y hay nuevamente 3 posibilidades. A veces se gana, a veces se pierde y a veces se empata, pero siempre queda un recuerdo.

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