jueves, 20 de noviembre de 2008

EL GOL DE MI VIDA.

Todos tenemos una anecdota deportiva que contar. En este caso es la de el gol de mi vida. Ese épico, historico e inolvidable que quedo plasmado en aquellos que lo vieron y para los que no, en este texto.

El gol de mi vida.

Era una tarde de domingo caluroso allá por el año 2007. Todavía era jugador de la cuarta división del club Atlético Quiroga que esa tarde se enfrentaba al poderoso Once Tigres de 9 de Julio, ultimo campeón y candidato a llevarse los 6 puntos del día. Quiroga venia de una racha malísima – según algunos la peor de la historia- con 6 partidos perdidos, la mayoría por goleada y dos empates sobre 8 encuentros y esta era la ultima fecha de la primer rueda. El dt era “Tomate” Lanieri, un nuevejuliense que había jugado en el club y ahora se ponía en el lugar de estratega. La campaña era malísima. “Ni el boludo de Magan que perdió cuatro de cuatro es tan pajero como este Lanieri” diria Balin Stasonni en una charla, diario de por medio, con otros habitúes de la institución como Beto Rodríguez o “El Conejo” Lozada. Pero esa tarde seria distinta. Rara.
El equipo de la cuarta tenia una unios especial, desde los chistes en el vestuario hasta las gastadas y comentarios de alguna que otra jugada en el momento de comer los sándwich de milanesa que “nene” nos repartía a cada jugador.
A la una de la tarde el Prof. viñas dio el equipo titular de la cuarta. Fernández, Cepeda, Pondepeire, Quiroga, Carrizo, Cortes, Tinetti, Bruera, Bonahora, Andres y Scarafoni.
Se hizo la entrada en calor, la charla técnica por parte de Tomate y a la cancha.
El primer tiempo no fue muy entretenido para ver. Hasta que cerca de los 40 minutos, una escapada de Scarfoni y un tiro al arco (que en realidad fue centro) se coló por el ángulo derecho del arquero local y las gargantas violetas estallaron en un grito que se confundía entre emoción y risas. Quiroga 1, Once tigres 0.
Fin del primer tiempo.
Charla técnica. Refrescada. Aliento mutuo y a la cancha otra vez.
Segundo tiempo a fierro como se dice en el ambiente deportivo cuando ninguno de los dos quiere perder y todos “matan” por esa pelota dividida.
Pero mas o menos en la mitad del tiempo complementario Tinetti roba la pelota y se me la pasa a mi que me ubicaba en la derecha en posición de numero 8. Pared, toque y devolución larga. Me estiro para trabar contra el rival y gano. Engancho, paso uno. Vienen a trabar para matarme pero poniendo la patita fuerte logro ganar nuevamente. Me queda uno y el arquero. La tiro larga. Lo paso. Me sale el arquero y la adelanto un poco mas. De fondo se escucha “es el gol de tu vida Frido” con la vos de Ema que se había quedado parado ante tanto demuestre de calidad, garra y corazón. El arquero se ve vencido. Defino de zurda y durante el recorrido de la pelota pasan mil cosas por mi cabeza: “Alfredido, Alfredito, Corteeeeeeeeeeeeeeeees” y muchas mas. Pero esta vez no habrá reproche. El dios redondo se hunde en el arco de Once Tigres antes de que un defensor que venia corriendo a mil por hora logre el desesperado intento de sacarla.
Salgo corriendo gritando mi gol a unirme al festejo con mis compañeros mientras la emoción y las risas sobran en el equipo visitante. Quiroga 2, Once Tiges 0. Partido liquidado faltando diez minutos.
Lo demás es historia. Mas de lo de siempre, vivir a pleno el partido y no dar ninguna pelota por perdida hasta que lo este. Once Tigres logró el descuento pero solo sirvió para la estadística.
En el vestuario: festejo, sándwich y a ver a la primera que para la sorpresa de todos, ganó su primer partido.
La fecha siguiente, el banco de suplentes estuvo ocupado por dos nombre nuevos, Bruera y Cortes, y allí nació la frase “Chicos calienten que por ahí entran”, pero esa es otra historia, otra historia que ya tendrá momento para ser contada.

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